La aromaterapia y sus aplicaciones

La aromaterapia es una terapia alternativa parte de la fitoterapia que consiste en el uso y aplicación del aceite esencial de las plantas para favorecer la salud física y mental. Dada su costosa elaboración y su máxima concentración, estos aceites son considerados una valiosa joya dentro de las diferentes formas en las que podemos dar uso a una planta medicinal, llegando algunos de ellos a alcanzar un elevado precio. Del mismo modo, su uso es delicado y reservado a los profesionales de la aromaterapia o, en cualquier caso, al uso bajo su asesoramiento. La manera en la que actúan sobre nuestra salud es muy amplia, ya que abarca el campo psico-emocional (sistema nervioso central), dermatológico, cosmético y todo tipo de patologías internas (problemas digestivos, migrañas, aparato músculo-esquelético, aparato génito-urinario…)

Su aplicación tiene múltiples formas dependiendo de cada patología y cada caso a tratar. La forma más común es la dilución en un aceite base (almendras, oliva, aguacate…) y su aplicación directa sobre la piel en forma de masaje para tratar problemas musculares e influir en el sistema nervioso. Pero también se utilizan en bases sólidas (ungüentos, cremas…), generalmente en el mundo de la cosmética natural. Sin embargo, entre sus aplicaciones menos conocidas, está su uso vía interna, en el que a través de su ingestión actuamos directamente en todos los sistemas del organismo.

Por supuesto no debemos olvidar que, tal como su nombre indica, la aromaterapia funciona a través de nuestro sistema olfativo, influyendo sobre una parte de nuestro cerebro llamado sistema límbico y que está conectado directamente con nuestras emociones, el instinto y el humor. Por lo que uno de sus usos más comunes y sencillos es en difusión.

Por último, señalar la importancia de la calidad a la hora de trabajar con aceites esenciales, igual que un medicamento tiene que pasar una serie de controles y filtros antes de salir al mercado para corroborar su eficacia, los aceites esenciales deben estar certificados, quimiotipados y garantizados como válidos para uso interno. Si no es así, no se pueden utilizar con seguridad y, por supuesto, tampoco podemos asegurar que sus propiedades se cumplan.

Dicho esto, personalmente, siempre los utilizo en consulta, ya sea de uno u otro modo, pues creo que es un campo apasionante y realmente efectivo sobre nuestra salud integral.